Mirarle a los ojos y tomarse unos segundos para saber que ha entendido es importante:
Siempre que sea posible, es muy bueno que el padre o la madre sitúen su mirada al mismo nivel que la del niño, para hablar con él. Esto es porque el contacto visual mejora la comunicación y, de esa forma, el pequeño podrá sentirse más cerca y empatizar mejor con los gestos del adulto que le habla, a quien ya no verá como un gigante que le habla desde las alturas.
FUENTE: http://www.consumer.es/web/es/bebe/ninos/mas-de-4-anos/2012/10/18/213770.php